Tras su huida del pueblo de los licántropos, Arex se reencuentra con el grueso del ejército kritenio que regresa a Siro. Al parecer, un mensajero procedente de la capital llegó con la noticia de que los monarcas de Kritein y de Opar han hecho las paces y han dado fin a la guerra antes de que empezara.
Arex informa de lo sucedido en el poblado al general Nabonidus, pero este se niega a tomar represalias ya que el poblado licántropo se encuentra en territorio de Opar. Arex regresa a Siro pero no puede sacarse de la cabeza lo sucedido y a los pocos días deserta y se dirige al poblado. Le acompaña Hajib, un somorio que estaba unido por una gran amistad con el sargento Artús y que, al igual que Arex, desea venganza.
Apenas había pasado una hora desde que el sol se levantó por el horizonte tiñendo las nubes de color rojo sangre. Arex y Hajib observaban el pequeño poblado desde un promontorio cercano.